Una vez concluida la ceremonia de la canonización, el papa Francisco y el papa emérito Benedicto XVI volvieron a saludarse.
Antes de besar el altar y de subir al 'papamóvil' a bordo del cual recorrió la Plaza de San Pedro y Via della Conciliazione, Bergoglio se acercó a Ratzinger para saludarlo.
Ambos se dieron un apretón de manos, mientras sonreían e intercambiaban unas palabras.
Poco antes del comienzo de la ceremonia, Bergoglio y Ratzinger se habían dado un primer saludo, abrazándose.
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