26 de marzo de 2014 - El Papa reclamó una reforma del sistema carcelario

El Papa Francisco reclamó una reforma del sistema carcelario argentino que permita la rehabilitación de los presos y reivindicó los derechos de los reclusos a tener condiciones de alojamiento dignas. El pedido del Sumo Pontífice fue registrado con un teléfono celular en medio de un diálogo que mantuvo con el procurador penitenciario de la Nación, Francisco Mugnolo, en la audiencia pública del miércoles 19 de marzo pasado, aunque recién se difundió este martes. "Todavía llamo a los penales desde acá. Me dicen que hay ventanas y no las pueden abrir con el calor que hace. ¿Están todos locos?", se quejó el excardenal Jorge Bergoglio ante el funcionario y sus colaboradores, que son fiscalizadores del sistema carcelario. "Por favor hagan algo, no tienen garantías. Los penales están hechos para rehabilitar a la gente para que vuelva, los que pueden. Si los tenemos encerrados, los arruinamos", le advirtió el Papa a Mugnolo. "Por favor, que tengan deporte y que el tiempo que tengan se sientan gente", planteó el líder religioso. En la misma conversación, Francisco recordó la gestión del neocamporista Víctor Hortel en el Servicio Penitenciario Federal, quien renunció tras una fuga masiva del penal de máxima seguridad de Ezeiza. "Sé que el que estaba antes era un hombre abierto y todo, pero ahora parece que se asustaron y tienen miedo de que se les fuguen todos, por favor, hagan algo", exhortó y se refirió a Alejandro Marambio y su reemplazante actual Emiliano Blanco. Luego de recibir como regalo de Mugnolo un escudo de San Lorenzo con la Virgen de Luján tallado a mano por presos de Devoto, donde Bergoglio fue responsable de la pastoral penitenciaria, el Papa reclamó un "sano garantismo" para los reclusos de todo el país. Al divulgar la grabación, la Procuración aseguró en su web oficial: "Frente a las reacciones represivas y la situación de los presos argentinos (el Papa) manifestó su gran preocupación y reclamó una política penitenciaria producto de un sano garantismo, instando a la procuración penitenciaria a asegurar la defensa de los derechos humanos dentro de las cárceles".