el santo padre francisco

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lunes, 20 de marzo de 2023

6 de junio de 2014 - Misa de Corphus Christie

 


4 de junio de 2014 - Palabras del Papa Francisco a los polacos en la audiencia del miercoles



Palabras del Papa Francisco a los polacos en la audiencia del miércoles 4 de junio de 2014

El Papa Francisco a los jòvenes polacos: “Llevad al mundo la alegría de ser hijos de Dios”

Después de la catequesis el Papa se dirigió entre otros a los peregrinos polacos y, en especial, a los jóvenes que se reúnen cada año en Lednica, en las fuentes bautismales de Polonia para renovar su adhesión a Cristo y a la Iglesia. ”Esta vez -ha dicho Francisco- reflexionaréis sobre el misterio de la filiación divina de Jesús y, en él, de todos los que, a través del Bautismo, participan en su vida, muerte y resurrección. Reflexionaréis sobre que significa ser hijos de Dios y experimentar su amor. Queréis vivir este amor para poder testimoniarlo ante los demás”.

”Queridos jóvenes: ¡Sed valientes! Responded con entusiasmo al amor de Dios como hijos predilectos; responded con confianza cuando regresáis al Padre misericordioso como hijos pródigos. Alegraos siempre de la gracia de ser hijos de Dios y llevad esta alegría al mundo. Y que San Juan Pablo II que hace dieciocho años inició con vosotros el camino de Lednica, os guíe y obtenga para vosotros las gracias necesarias para que vuestra joven vida sea plena y generosa”.



2 de junio de 2014 - El Papa Francisco se manifestó en contra del endurecimiento de las penas. "El aumento o endurecimiento de las penas con frecuencia no resuelve los problemas sociales, ni logra disminuir los índices de delincuencia"

 El Papa Francisco se manifestó en contra del endurecimiento de las penas a través de una carta que envió una carta a los participantes del XIX Congreso de la Asociación Internacional de Derecho Penal donde instó a “no contentarse con reprimir la delincuencia” sino ayudar a “recapacitar”.

“El gran reto”a cumplir en materia de seguridad no contentarse con reprimir, disuadir y aislar a los que causaron mal sino ayudarlos a recapacitar y transitar por las sendas del bien”, puntualizó el papa Francisco en la carta.La misiva destaca además que la Iglesia “plantea una Justicia que sea humanizadora, genuinamente reconciliadora, que lleve al delincuente a través de un camino de esforzada penitencia a su rehabilitación social y total reinserción en la comunidad”.La carta, fechada en el Vaticano el 30 de mayo pasado, asegura que “el Señor ha ido enseñando que hay una asimetría necesaria entre el delito y la pena, que un ojo o un diente roto no se remedia rompiendo otro” y que se trata de “hacer Justicia a la víctima, no de ajusticiar al agresor”.En este sentido, la misiva firmada por el papa Francisco, plantea que “sería un error identificar la reparación sólo con el castigo, confundir la Justicia con la venganza, lo que sólo contribuiría a incrementar la violencia, aunque esté institucionalizada”.
“La experiencia nos dice que el aumento o endurecimiento de las penas con frecuencia no resuelve los problemas sociales, ni logra disminuir los índices de delincuencia” “La experiencia nos dice que el aumento o endurecimiento de las penas con frecuencia no resuelve los problemas sociales, ni logra disminuir los índices de delincuencia”, sostiene el texto y agrega: “Cuántas ocasiones se ha visto al reo expiar su pena objetivamente, cumpliéndola, pero sin cambiar interiormente ni restablecerse de las heridas del corazón”.
La carta detalla también que de los medios de comunicación “depende informar rectamente y no contribuir a crear alarma o pánico social cuando se dan noticias de hechos delictivos”.
“Están en juego la vida y la dignidad de las personas, que no pueden convertirse en casos publicitarios, condenado a los presuntos culpables al descrédito social antes de ser juzgados o forzando a las víctimas, con fines sensacionalistas, a revivir públicamente el dolor sufrido”, dice la carta respecto al papel de los medios.
El Santo Padre precisa además que no pocas veces “la delincuencia hunde sus raíces en las desigualdades económicas y sociales, en las redes de la corrupción y en el crimen organizado” y destaca que para prevenir este flagelo “no basta tener leyes justas es necesario construir personas responsables y capaces de ponerlas en práctica”.
El papa hace votos en su misiva para que se den los pasos necesarios “para que el perdón no se quede únicamente en la
esfera privada, sino que alcance una verdadera dimensión política e institucional y así crear unas relaciones de convivencia armoniosa”
“Cuánto bien se obtendría si hubiera un cambio de mentalidad para evitar sufrimientos inútiles, sobre todo entre los más indefensos”, sostiene el papa Francisco.
El Sumo Pontífice impulsa en la carta a los juristas a que “vayan en este sentido” ya que aquí “radica la diferencia entre una sociedad incluyente y otra excluyente que no pone en el centro a la persona humana y prescinde de los restos que ya no le sirven”.
“Que el Senor Jesús, que fue despojado inícuamente de todo, les conceda el Don de la sabiduría para que sus diálogos y consideraciones se vean recompensadas con el acierto”, concluye la carta del papa hacia los juristas




1 de junio de 2014 - Saludos del Papa Francisco tras el ángelus , la Ascensión del Señor

 Saludos del Papa Francisco tras el ángelus, domingo 1 de junio de 2014, la Ascensión del Señor

Además de sus saludos a todos los fieles romanos y peregrinos de tantas partes del mundo, familias, grupos parroquiales, asociaciones y escuelas, el Obispo de Roma invitó a los chicos y chicas que han recibido o se están preparando para recibir el Sacramento de la Confirmación, a ser testimonios alegres de Jesús.

Y alentó a un grupo de campistas italianos, muy activos en la solidaridad, y a los ciclistas que dan vida a la iniciativa también de solidaridad, denominada "un kilómetro por Siria".




lunes, 25 de septiembre de 2017

28 de mayo de 2014 - Audiencia del Papa Francisco


26 de mayo de 2014 - El papa Francisco terminó su peregrinación con una misa en el Cenáculo, disputado entre el Vaticano e Israel

Se considera que Jesús celebró la Última Cena en ese edificio, donde también se encontraría la tumba del rey bíblico David; antes, Bergoglio plantó un olivo argentino en el Huerto, tras visitar la iglesia de Getsemaní . El papa Francisco alentó hoy a los creyentes a mantener "el entusiasmo y la confianza en nuestro camino y en nuestra misión" y a no dejarse vencer "por el miedo y la desesperanza", durante su visita a la iglesia de Getsemaní, donde celebró su penúltima parada en su peregrinación por Tierra Santa con un encuentro ecuménico con religiosos, abrumado por los sentimientos que le asaltaron en el lugar donde Cristo oró antes de someterse a la voluntad divina que lo llevaría a la cruz. "Ustedes, queridos hermanos y hermanas, están llamados a seguir al Señor con alegría en esta Tierra bendita. Es un don y una responsabilidad. Su presencia aquí es muy importante; toda la Iglesia se lo agradece y los apoya en la oración", dijo el Santo Padre. http://cb24.tv/wp-content/themes/city-desk/timthumb.php?src=http%3A%2F%2Fcb24.tv%2Fwp-content%2Fuploads%2F2014%2F05%2Fpapa_oriente_medio_cb24-5-1024x758.jpg&q=90&w=634&zc=1 El pontífice aseguró sentir "casi temor" al acercarse a los sentimientos que Jesús experimentó en las últimas horas, acercándose "de puntillas en aquel espacio interior donde se decidió el drama del mundo". Después, Jorge Bergoglio plantó un olivo argentino en el Huerto, junto al que había plantado hace 50 años Pablo VI, en un gesto considerado por la Custodia de Tierra Santa como un "augurio de paz y prosperidad para Tierra Santa". "Este árbol es un símbolo de paz y todos deseamos que el viaje del pontífice dé abundantes frutos de paz", deseó fray Benito José Choque, el franciscano de la Custodia de Tierra Santa responsable del convento y de la basílica.
Esta mañana, Francisco había plantado el árbol que es símbolo de la paz también en el jardín del palacio presidencial de Jerusalén, junto al presidente israelí Shimon Peres. Otro olivo fue plantado por Francisco en la Delegación Apostólica. En el Cenáculo El Papa se dirigió al Cenáculo, donde Jesús y los apóstoles celebraron la Última Cena, actualmente en disputa. El edificio construido en el siglo XV, en cuya planta superior se encuentra la habitación donde tuvo lugar al Última Cena, también es sagrado para el judaísmo porque en la planta baja se encuentra presuntamente la tumba del rey bíblico David. "Aquí, donde Jesús tomó con los apóstoles la Última Cena, donde resucitó, apareció en el medio de ellos, donde el Espíritu Santo bajó con poder sobre María y los apóstoles. Aquí nació la Iglesia", dijo el Sumo Pontífice. Tras tres intensas jornadas de peregrinaje a Tierra Santa, que concluirán hoy, Francisco dirige la misa en la pequeña sala que se disputan Israel y el Vaticano, y cuyo futuro está en negociaciones entre ambas partes desde hace 20 años.

26 de mayo de 2014 - Encuentro en el Santo Sepulcro: «No hagamos oídos sordos al fuerte llamamiento a la unidad»

El momento central de la visita del Papa Francisco a Tierra Santa, el encuentro con el patriarca Bartolomé y la celebración ecuménica en el Santo Sepulcro, sirvió al Santo Padre para subrayar que «el fundamento de la fe que nos une: somos hombres y mujeres de resurrección, no de muerte. No hagamos oídos sordos al fuerte llamamiento a la unidad que resuena precisamente en este lugar» La celebración ecuménica en el Santo Sepulcro de Jerusalén clausuró solemnemente el segundo día de la peregrinación del Papa Francisco en Tierra Santa. El Obispo de Roma y el patriarca Bartolomé I de Constantinopla se encontraron, primero, privadamente en la Delegación Apostólica de Jerusalén. Al término del encuentro y tras el intercambio de regalos, ambos firmaron una Declaración conjunta que selló el momento central y el objetivo de esta peregrinación a la Tierra de Jesús, con el que se conmemoró el 50 aniversario del histórico encuentro entre el Papa Pablo VI y el patriarca ortodoxo Atenágoras en 1964. La declaración conjunta muestra la gratitud de ambos líderes espirituales por todo lo avanzado en este período. La levantación de la mutua excomunión «dio paso a un intercambio de visitas entre las respectivas Sedes de Roma y Constantinopla, a una correspondencia continua y, más tarde, a la decisión tomada por el Papa Juan Pablo II y el Patriarca Dimitrios, de feliz memoria, de iniciar un diálogo teológico sobre la verdad entre Católicos y Ortodoxos. A lo largo de estos años, Dios, fuente de toda paz y amor, nos ha enseñado a considerarnos miembros de la misma familia cristiana, bajo un solo Señor y Salvador, Jesucristo, y a amarnos mutuamente, de modo que podamos confesar nuestra fe en el mismo Evangelio de Cristo, tal como lo recibimos de los Apóstoles y fue expresado y transmitido hasta nosotros por los Concilios Ecuménicos y los Padres de la Iglesia». Profundizar en la verdad completa de Cristo Por ello, muestran su impaciencia la llegada del «día en el que finalmente participemos juntos en el banquete Eucarístico». Hasta entonces, «manifestaremos al mundo el amor de Dios, que nos identifica como verdaderos discípulos de Jesucristo». La declaración subraya que «el diálogo teológico no pretende un mínimo común denominador para alcanzar un acuerdo, sino más bien profundizar en la visión que cada uno tiene de la verdad completa que Cristo ha dado a su Iglesia, una verdad que se comprende cada vez más cuando seguimos las inspiraciones del Espíritu santo. Sin embargo, mientras se alcanza esta unidad, «tenemos ya el deber de dar testimonio común del amor de Dios a su pueblo colaborando en nuestro servicio a la humanidad, especialmente en la defensa de la dignidad de la persona humana, en cada estadio de su vida, y de la santidad de la familia basada en el matrimonio, en la promoción de la paz y el bien común y en la respuesta ante el sufrimiento que sigue afligiendo a nuestro mundo». Dentro de esta lucha por el bien común, ocupan un lugar importante la custodia por la creación, la defensa de la libertad religiosa de los cristianos, especialmente en Oriente Medio y el «testimonio común de la Buena Nueva del Evangelio». Abrazo en el Santo Sepulcro Luego, ambas delegaciones se trasladaron al Santo Sepulcro. El Papa Francisco entró en la plaza a través de la Puerta del Muristán, mientras que el patriarca Bartolomé lo hacía por la Puerta de Santa Elena. Ambos se encontraron en el centro de la plaza y se estrecharon en un abrazo fraterno que culminó con un jubiloso repique de campanas. En la celebración ecuménica participaron los Ordinarios católicos en Tierra Santa, el arzobispo copto, el sirio, el etíope, los obispos anglicano y luterano y otros obispos. También estuvieron presentes los Cónsules Generales de los países que rigen el statu quo de la Ciudad Santa. El Papa y el Patriarca Ecuménico veneraron simultáneamente la Piedra de la Unción, en el atrio de la basílica, lugar según la tradición, donde Jesús tras la deposición de la cruz fue ungido con óleos. Después de la proclamación del Evangelio, en griego y latín, el Patriarca Bartolomé I tomó la palabra, y a continuación el Papa pronunció su homilía. El Papa hizo alusión primero al significado del lugar del encuentro: «El lugar de donde salió el anuncio de la resurrección, el fundamento de la fe que nos une: somos hombres y mujeres de resurrección, no de muerte -dijo-. No hagamos oídos sordos al fuerte llamamiento a la unidad que resuena precisamente en este lugar». Igual que fue movida la piedra, lo serán los obstáculos a la unidad «Ciertamente, no podemos negar las divisiones que todavía hay entre nosotros, discípulos de Jesús: este lugar sagrado nos hace sentir con mayor dolor el drama. Y, sin embargo, cincuenta años después del abrazo de aquellos dos venerables Padres, hemos de reconocer con gratitud y renovado estupor que ha sido posible, por impulso del Espíritu Santo, dar pasos realmente importantes hacia la unidad. Somos conscientes de que todavía queda camino por delante para alcanzar aquella plenitud de comunión que pueda expresarse también compartiendo la misma Mesa eucarística, como ardientemente deseamos; pero las divergencias no deben intimidarnos ni paralizar nuestro camino». «Debemos pensar -dijo Francisco- que, igual que fue movida la piedra del sepulcro, así pueden ser removidos todos los obstáculos que impiden aún la plena comunión entre nosotros». A este respecto, el Pontífice renovó la voluntad ya expresada por sus Predecesores: «Mantener un diálogo con todos los hermanos en Cristo para encontrar una forma de ejercicio del ministerio propio del Obispo de Roma que, en conformidad con su misión, se abra a una situación nueva y pueda ser, en el contexto actual, un servicio de amor y de comunión reconocido por todos». Recordó también, el Pontífice, a toda la región de Oriente Medio, desgraciadamente lacerada con frecuencia por la violencia y los conflictos armados. Y no olvidó tampoco a tantos hombres y mujeres que, en diversas partes del mundo, sufren a causa de la guerra, de la pobreza, del hambre; así como de los numerosos cristianos perseguidos por su fe en el Señor Resucitado. «Cuando cristianos de diversas confesiones sufren juntos -dijo-, se realiza el ecumenismo del sufrimiento, se realiza el ecumenismo de sangre, que posee una particular eficacia, también para toda la Iglesia». «Santidad, querido Hermano, queridos hermanos todos, dejemos a un lado los recelos que hemos heredado del pasado y abramos nuestro corazón a la acción del Espíritu Santo, el Espíritu del Amor y de la Verdad, para caminar juntos hacia el día bendito en que reencontremos nuestra plena comunión».