el santo padre francisco

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jueves, 4 de septiembre de 2014

17 de abril de 2014 - Misa del Jueves Santo El Papa lavó y besó los pies a 12 discapacitados

El papa Francisco se inclinó para lavar y besar los pies de 12 personas discapacitadas, durante la misa del Jueves Santo en el Centro Don Gnocchi de Vía Casal del Marmo, en Roma. Los discapacitados, afectados por distintas enfermedades, tienen entre 16 y 86 años. Entre ellos hay tres extranjeros, entre ellos un joven libio de religión musulmana Frente a cada uno de ellos el Papa, con una simple túnica blanca y la estola atravesada como la usan los diáconos, se inclinó para lavar, enjuagar y después besar sus pies, siempre con una sonrisa. Para arrodillarse y volver a incorporarse el Papa fue ayudado por dos sacerdotes, entre ellos el ceremoniero monseñor Guido Marini. "La herencia que Jesús nos deja es la de ser servidores los unos de los otros", afirmó Francisco en la breve homilía pronunciada poco antes durante la misa, en forma espontánea. El de la Ultima Cena, agregó el Papa, es un "gesto de despido: es como la herencia que nos deja. El es Dios y se hizo siervo. Se hizo servidor nuestro y esta es la herencia". Más temprano, celebró la misa Crismal y pidió los sacerdotes católicos en todo el mundo que transmitan "alegría" a su alrededor y conviertan a la iglesia en una "casa de puertas abiertas". "La disponibilidad del sacerdote hace que la iglesia sea una casa de puertas abiertas, refugio de los pecadores, hogar para los que viven en la calle, casa de auxilio para los enfermos, camping para los jóvenes", dijo el papa. Asimismo, reafirmó el valor del celibato para la Iglesia católica y a sus líderes le reclamó "una renovada fidelidad a su única novia, la Iglesia". Durante la celebración en la basílica de San Pedro, que se celebra cada jueves santo, tres días antes de Pascua, Francisco dijo a los sacerdotes que sólo pueden conservar su "alegría" si no se encierran en sí mismos y reciben la ayuda del pueblo y los fieles. Esta alegría está vigilada, según el Papa, por tres "hermanas": "sor pobreza, sor fidelidad y sor obediencia". Las palabras del papa en esta misa están consideradas tradicionalmente con las consignas del Vaticano a sus sacerdotes en todo el mundo. Frente a miles de sacerdotes y un centenar de obispos y cardenales, el excardenal confesó haber vivido en su vida sacerdotal "momentos de tristeza, cuando todo parece oscurecerse y el vértigo del aislamiento nos seduce". Antes , en la Misa Crismal , el papa Francisco pidió a los sacerdotes "una renovada fidelidad a su única novia, la Iglesia", y con ello reafirmó el valor del celibato para la Iglesia católica, durante la tradicional misa Crismal de Jueves Santo en la basílica de San Pedro. No se trata sin embargo tanto "de que todos nosotros estemos 'inmaculados', pues somos pecadores", apuntó. El pontífice se refirió a la alegría del sacerdote de tratar a la Iglesia como "su escogida y única amada y a serle siempre fiel". Además, Francisco llamó a los sacerdotes a la sumisión a la Iglesia. El papa consideró que la alegría del sacerdote es un bien muy preciado para todos los creyentes. A veces, reconoció, hay momentos de aislamiento, apatía y desinterés en la vida sacerdotal, que él mismo también sufrió, aseguró. Pero quien habla de una crisis de identidad sacerdotal no tiene en cuenta que una identidad supone pertenencia. "No hay identidad y tampoco alegría vital sin una pertenencia activa y comprometida al pueblo creyente de Dios", dijo Francisco.

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