el santo padre francisco

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lunes, 25 de septiembre de 2017

17 de mayo de 2014 - Francisco a los enfermos: "El sufrimiento no es un valor en sí mismo"

Audiencia del Papa Fracisco a la Asociación Silenciosos Obreros de la cruz y de los Centros Voluntarios del Sufrimiento, dedicados al apostolado de los enfermos, fundados por el beato Novarese. Con un mensaje claro: que el sufrimiento "no es un valor en sí mismo" y no debe vivirse ni con resignación ni con rebeldía. Bien vivido es "signo de que Dios es fiel, consolador y misericordioso". Francisco llegó al encuentro con más de media hora de retraso. En el aula Pablo VI, abarrotada de enfermos y de sus cuidadores, una gran foto del beato Luigi Novarese. Muchos de los enfermos, en sillas de rudas, ocupan una de las alas del aula. Todos con una bufanda color naranja. Un sacerdote de la obra del beato novarese saluda al Papa, le agradece la audiencia y le explica, a grandes rasgos, los objetivos y los recursos de la institución católica volcada en la atención a los enfermos. Un enfermo le da las gracias: "En su persona, percibimos la alegría y la esperanza". "Gracias por la fuerza que nos transmite con sus palabras y sus gestos. Le abrazamos y le ofrecemos nuestro sufrimiento". Algunas de las palabras del Papa "Mi bienvenida y gracias por haber venido" "Noverese fue un sacerdote enamorado de Cristo y de la Iglesia" "Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados" "El sufrimiento no es un valor en sí mismo, sino una realidad que Jesús nos enseña a vivir" "No se puede vivir el dolor de forma pasiva, resignándose" "La rebelión y el rechazo, tampoco es una actitud justa" "Aceptar el dolor...porque es el amor el que lo transforma todo" "Un enfermo puede ser luz para otros enfermos y sufrientes" "Sois un don para la Iglesia" "Vuestros sufrimiento es un escándalo para la fe y una verificación de la misma fe, signo de que Dios es fiel, consolador y misericordioso" "Os bendigo y os pido, por favor, que recéis por mí. Gracias" Terminada su discurso y tras la bendición, el Papa se acercó a la gente, acariciando, saludando y confortando a los enfermos. Discurso completo del Papa Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! Les doy mi bienvenida y ¡les agradezco por haber venido! Ustedes festejan el centenario del nacimiento de su Fundador, el beato Luigi Novarese, sacerdote enamorado de Cristo y de la Iglesia y celoso apóstol de los enfermos. Su experiencia personal de sufrimiento, vivida en la infancia, lo hizo muy sensible al dolor humano. Por esto fundó los Obreros Silenciosos de la Cruz y el Centro Voluntarios del Sufrimiento, que aún hoy continúan con su obra. Quisiera recordar con ustedes una de las Bienaventuranzas: «Bienaventurados aquellos que lloran, porque serán consolados» (Mt 5,4). Con esta palabra profética Jesús se refiere a una condición de la vida terrena que no falta a nadie. Hay quien llora porque no tiene salud, quien llora porque está solo o es incomprendido... Los motivos del sufrimiento son muchos. Jesús experimentó en este mundo la aflicción y la humillación. Ha recogido los sufrimientos humanos, los ha asumido en su carne, los ha vivido hasta el fondo uno a uno. Ha conocido todo tipo de aflicción, aquellas morales y aquellas físicas: ha experimentado el hambre y el cansancio, la amargura de la incomprensión, ha sido traicionado y abandonado, flagelado y crucificado. Pero diciendo «bienaventurados aquellos que lloran», Jesús no pretende declarar como feliz una condición desfavorable de la vida. El sufrimiento no es un valor en sí mismo, sino una realidad que Jesús nos enseña a vivir con la actitud justa. De hecho, existen formas correctas y formas equivocadas de vivir el dolor y el sufrimiento. Una actitud equivocada es aquella de vivir el dolor de forma pasiva, dejándose llevar con inercia y resignación. También la reacción de la rebelión y del rechazo no es una actitud justa. Jesús nos enseña a vivir el dolor aceptando la realidad de la vida con confianza y esperanza, colocando el amor de Dios y del prójimo también en el sufrimiento: el amor trasforma cada cosa. Precisamente esto les ha enseñado el beato Luigi Novarese, educando a los enfermos y a los discapacitados a valorizar su sufrimiento al interior de una acción apostólica llevada adelante con fe y amor por los demás. Él decía siempre: «Los enfermos deben sentirse los autores del propio apostolado». Una persona enferma, discapacitada, puede convertirse en apoyo y luz para otros sufrientes, trasformando así el ambiente en el que vive. Con este carisma ustedes son un don para la Iglesia. Sus sufrimientos, como las llagas de Jesús, por una parte son escandalo para la fe, pero por otra son una constatación de la fe, señal que Dios es Amor, es fiel, es misericordioso, es consolador. Unidos a Cristo resucitado ustedes son «sujetos activos de la obra de salvación y evangelización» (Exhort. ap. Christifideles laici, 54). Los aliento a estar cerca a los sufrientes de sus parroquias, como testigos de la Resurrección. Así ustedes enriquecen a la Iglesia y colaboran con la misión de los pastores, rezando y ofreciendo sus sufrimientos también por ellos ¡Les agradezco mucho por esto! Queridos amigos, que la Virgen los ayude a ser verdaderos "obreros de la Cruz" y verdaderos "voluntarios del sufrimiento", viviendo las cruces y los sufrimientos con fe y con amor, junto a Cristo. Los bendigo, y les pido por favor de rezar por mí ¡Gracias! Antes de recibir la bendición, invito a todos a rezar a la Virgen nuestra madre. Ella sabe, ella conoce los sufrimientos y nos ayuda siempre en los momentos más difíciles.

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