el santo padre francisco

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viernes, 6 de septiembre de 2013

Francisco llamó a una jornada de ayuno y oración

En un gesto simbólico que recordó el llamado lanzado por el Juan Pablo II tras los atentados del 11 de Septiembre, el papa Francisco convocó ayer durante el Angelus en la Plaza San Pedro a una jornada de ayuno y de oración por la paz en Siria, Medio Oriente y el resto del mundo. "He decidido convocar a toda la Iglesia para el 7 de septiembre próximo, víspera de la Natividad de María, reina de la paz, a una jornada de ayuno y de oración por la paz", dijo el Papa. Francisco invitó a participar en la iniciativa "a los hermanos cristianos no católicos y a los miembros de otras religiones" e incluso a los no creyentes. "El 7 de septiembre en la Plaza San Pedro, aquí, de las 19 a las 24, nos reuniremos en oración en espíritu de penitencia para invocar a Dios este gran don para la amada nación siria", dijo Francisco. El Papa dedicó ayer todo el rezo del Angelus a lanzar un fuerte llamado para que "no haya más guerras" y expresó su preocupación no sólo "por lo que está pasando en Siria", sino también por "los dramáticos acontecimientos que se perfilan", en alusión a las declaraciones del presidente Barack Obama y su par francés, François Hollande, que se mostraron decididos a "castigar" al régimen sirio. Desde la Plaza San Pedro, y ante una multitud de fieles, Francisco condenó el uso de armas químicas, cuyo uso las potencias occidentales atribuyen al gobierno sirio, pero comenzó el Angelus con un firme "Guerra, nunca más", retomando la célebre frase pronunciada por Pablo VI ante la ONU en 1964, en plena Guerra de Vietnam. "En estos días mi corazón está profundamente herido por lo que está sucediendo en Siria y angustiado por los dramáticos desarrollos", dijo. "Cuánto sufrimiento, cuánta devastación ha llevado y lleva el uso de las armas en este martirizado país, especialmente en la población civil e inerme", expresó el Pontífice. "Cuántos chicos no podrán ver la luz del futuro", exclamó el Papa, y añadió que tiene presentes "en la mente y en el corazón las terribles imágenes de los días pasados". En una nueva exhortación por el cese del conflicto en Siria y en rechazo de un eventual ataque militar contra el país árabe, Francisco afirmó que "nunca el uso de la violencia lleva a la paz. La guerra llama a la guerra, la violencia llama a la violencia". El Papa invitó luego a las partes en el conflicto a "no cerrarse en sus propios intereses, sino mirar al otro como un hermano y emprender con coraje y decisión el camino del encuentro y de la negociación, superando la ciega contraposición". También exhortó a la comunidad internacional a "hacer todos los esfuerzos para promover sin hesitaciones las iniciativas de paz" en Siria. Frente a miles de fieles hizo un largo y apasionado llamado a la paz y sostuvo que Dios y la historia serán los jueces de los que promueven la violencia o evitan la paz. "La humanidad necesita ver gestos de paz", reflexionó el Papa. El llamado a la jornada de ayuno y oración es sin dudas un gesto simbólico que recuerda el llamado lanzado por el papa Juan Pablo II tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. "Como decía el papa Juan XXIII, a todos les corresponde la tarea de recomponer las relaciones de la convivencia, de la justicia y el amor", dijo Francisco, y llamó a construir "una cadena de compromiso por la paz, que una a todos los hombres y las mujeres de buena voluntad". El Angelus de ayer tuvo tonos de mucha emoción, dedicado enteramente al llamado por la paz en Siria, en favor de la negociación y contra el uso de las armas químicas. "Quisiera hacerme intérprete del grito que sale de cada parte de la Tierra, del corazón de cada uno, de la única gran familia que es la humanidad con angustia creciente por el grito de la paz", afirmó el Papa. Desde su cuenta de Twitter, Francisco también escribió: "Oremos por la paz en el mundo y en el corazón de cada uno".

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