el santo padre francisco

el santo padre francisco
el santo padre francisco

miércoles, 5 de junio de 2013

Otro gesto de austeridad del Papa: renuncia a sus vacaciones de verano

En un ulterior mensaje en favor de la Iglesia pobre y de los pobres, Francisco proyecta renunciar a su traslado estival a la espléndida residencia veraniega pontificia de Castel Gandolfo, que tradicionalmente alberga a los papas entre julio y setiembre. “Si la gente no tiene plata para las vacaciones, también el Papa debe renunciar a ellas”, habría dicho según insistentes versiones que circulan en el Vaticano. Algunos recordaron que cuando era hasta hace poco arzobispo de Buenos Aires, el cardenal Jorge Bergoglio vivía en un pequeño departamento y dedicaba el verano a visitar a los fieles, especialmente en las villas miseria y los suburbios pobres de la capital argentina. En julio, el mes en que los papas casi siempre elegían para ir a pasar quince días a las montañas del norte de Italia, como hicieron Juan Pablo II y Benedicto XVI, Francisco lo pasará en la Casa de Santa Marta, el hotel interno del Vaticano. Allí el Papa argentino se siente muy cómodo y acompañado por el va y viene de tantos prelados y personajes vinculados al Vaticano que transitan la Casa cuando están en Roma. Ha renunciado “por ahora” a los enormes y aislados apartamentos pontificios en el Palacio Apostólico. Castelgandolfo es un pequeño municipio de 9.000 personas en las colinas que descienden sobre el lago Albano, a unos 25 kilómetros al sur de Roma. Desde Urbano VIII en el 1600, las cuatro villas y los magnificos parques se convirtieron en la amurallada residencia oficial de los papas. En hectáreas es más extensa que las 44 que constituyen la Ciudad del Vaticano y, naturalmente, también goza de la extraterritorialidad, donde la Santa Sede ejercita su soberanía. En la residencia estival hay huertas biológicas y todos los días sale un tren que arriba a la estación ferroviara del Vaticano llevando las vituallas de verduras, carnes, huevos y otros alimentos frescos. El nuevo Papa ya estuvo una vez allí, cuando en marzo fue a visitar al Papa emérito Benedicto XVI, que residió dos meses en la villa estival de los pontífices desde el 28 de febrero, el día en que se hizo efectiva su renuncia al pontificado. El Papa emérito Joseph Ratzinger regresó al Vaticano a principios de este mes, saludado a su llegada en helicóptero por el Papa argentino. Reside en un ex convento de monjas interno donde se dedica a la oración, al estudio y a escribir, con gran discreción. Es probable que Francisco, que desarrolla una actividad demoledora desde que se levanta –a las 4.30 de la mañana– y prepara la homilía que dice en la misa cotidiana de las 7 en la capilla de Santa Marta, se tome unos días de descanso en julio pero sin cambiar de lugar de residencia. Entre el 22 y el 29 de ese mes le espera la gira apostólica en Brasil, su primer viaje fuera de Italia. Millones de jóvenes, entre ellos muchos argentinos, irán a aclamarlo y escuchar sus enseñanzas en Río de Janeiro, el escenario de una nueva edición de la Jornada Mundial de la Juventud, que es el momento de encuentro masivo más importante a nivel internacional de la Iglesia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario