el santo padre francisco

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sábado, 27 de julio de 2013

Francisco ante una multitud en Brasil: "Jesús nos ofrece algo más grande que la Copa del Mundo"

Antes más de dos millones de personas que se concentran esta noche en la playa de Copacabana para una vigilia de oración, el papa Francisco habló a los fieles congregados allí. "Jesús nos ofrece algo más grande que la Copa del Mundo. Jueguen en su equipo y no sean cristianos a medio tiempo, almidonados, de fachada, sino auténticos", dijo enfáticamente el Papa ante una multitud que presencia las horas finales de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), en Río de Janeiro, Brasil. Al presidir una impactante vigilia de oración en la playa de Copacabana ante más de 2 millones de jóvenes, el papa argentino Jorge Bergoglio hizo estas referencias futboleras ya que que -aseguró- "aquí en Brasil, como en otros países, el fútbol es una pasión nacional". Antes del acto, el padre Lombardi afirmó que "hay dos millones de personas", que acamparán toda la noche sobre la arena, adonde el domingo el papa retornará para la misa de clausura de la JMJ. Por tercer día consecutivo y despertando una vez más el fervor de la gente, recorrió en el "papamóvil" los cuatro kilómetros de la avenida Atlántica, a lo largo de la playa de Copacabana, donde más de un millón y medio de jóvenes se congrega para participar de la vigilia de oración de esta noche por la Jornada Mundial de la Juventud Río 2013. Francisco aterrizó en el Fuerte de Copacabana y se trasladó en vehículo por las 40 cuadras que lo separan del enorme escenario montado sobre la playa, desde donde encabezará la vigilia y dará un mensaje a los jóvenes, que pernoctarán sobre la arena, a la espera de la misa de cierre del encuentro, prevista para mañana a las 10. Por la mañana, Francisco, en una valoración inusualmente franca sobre la situación de la Iglesia Católica, afirmó que la institución debería mirarse al espejo y preguntarse porqué tantas personas están abandonando la fe de sus padres. En el penúltimo día de su visita a Brasil, el pontífice argentino dio un largo discurso a los obispos del país con más católicos del mundo, sugiriendo algunos elementos para detener la deserción de fieles. "Quisiera que hoy nos preguntáramos todos: ¿Somos aún una Iglesia capaz de inflamar el corazón?", dijo en un discurso. Francisco, que viajó esta semana a Río de Janeiro para un festival católico llamado la Jornada Mundial de la Juventud, aludió al "misterio difícil de quien abandona la Iglesia" porque creen que "ya no puede ofrecer algo significativo e importante". El secularismo y la agresiva expansión de los evangélicos han arrebatado muchos seguidores a la Iglesia Católica incluso en América Latina, la reserva espiritual del catoliciscmo con cuatro de cada seis fieles del planeta. El Papa reconoció que mucha gente ve a la Iglesia como "una reliquia del pasado, insuficiente para las nuevas cuestiones", una institución -dijo- fría, autorreferencial y "prisionera de su propio lenguaje rígido". Francisco dijo que la Iglesia debe mantenerse fiel a su doctrina religiosa, pero debe acercarse más a la gente y sus problemas reales. "Hoy hace falta una Iglesia capaz de acompañar, de ir más allá del mero escuchar. Una Iglesia que pueda descifrar esa noche que entraña la fuga de Jerusalén de tantos hermanos y hermanas. A veces perdemos a quienes no nos entienden porque hemos olvidado la sencillez, importando de fuera también una racionalidad ajena a nuestra gente", añadió. En Brasil el número de católicos ha disminuido rápidamente a medida que la población rural se fue trasladando a las ciudades, donde prevalecen la cultura moderna del consumo y los cultos evangélicos. "Se necesita una Iglesia que también hoy pueda devolver la ciudadanía a tantos de sus hijos que caminan como en un éxodo", dijo Francisco a los obispos. Más temprano, en la catedral de Río de Janeiro, el Papa instó a los religiosos a abandonar la comodidad de sus iglesias y aventurarse en los barrios pobres para estar cerca de quienes los necesitan. "No podemos quedarnos enclaustrados en la parroquia, en nuestra comunidad, cuando tantas personas están esperando el Evangelio", dijo. Dos millones de personas se concentraron el sábado de noche en la playa de Copacabana para una vigilia en la que el papa Francisco leerá una oración, dijo el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi. "Hay dos millones de personas", dijo Lombardi. Cientos de miles son peregrinos de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que acamparán toda la noche sobre la arena, adonde el domingo el papa retornará para la misa de clausura de la JMJ. Esta fue la tercera noche consecutiva que el primer papa latinoamericano congregó a un mar de gente en la playa de Copacabana, tras eventos el jueves y el viernes que juntaron a 1,5 millones de personas cada noche. El alcalde de Río, Eduardo Paes, estimó que unas tres millones de personas asistirán el domingo a la misa de clausura de la JMJ en el mismo lugar, "un récord". "Espero que se bata el récord (de afluencia) de la historia de la playa de Copacabana. Pienso que habrá entre 2.5 a 3 millones de personas", dijo Paes. "Veo a muchos que no son católicos, que no tienen el fervor cristiano pero que vienen a ver al papa", dijo Más de dos millones de jóvenes asistieron en Río de Janeiro a la vigilia de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud, en la que el papa Francisco exhortó a los muchachos a ser cristianos auténticos, "no de fachada" y les alentó a ser los protagonistas de los cambios sociales en el mundo. "Por favor, no dejen que otros sean los protagonistas de los cambios, ustedes son el futuro. No seáis cobardes, no 'balconeen' la vida, no quedaros mirando desde el balcón sin participar, entrad en ella, como hizo Jesús y construir un mundo mejor y más justo", les dijo el papa Bergoglio. En el sugestivo escenario de la famosa playa de Copacabana, Francisco manifestó que sabe que los jóvenes apuntan a lo alto, "a decisiones definitivas que den pleno sentido a la vida y les exhortó a no tener miedo a ir contracorriente. El Obispo de Roma dijo que ha seguido "atentamente" las noticias sobre "tantos" jóvenes que en muchas partes del mundo han salido por las calles en los últimos meses "para expresar el deseo de una civilización más justa y fraterna, son jóvenes que quieren ser protagonistas del cambio". "Los aliento a que, motivados por los valores del evangelio, sigan superando la apatía y ofreciendo una respuesta cristiana a las inquietudes sociales y políticas presentes en sus países", afirmó. El papa añadió que, sin embargo, queda la pregunta: ¿Por dónde empezar? y subrayó que cuando preguntaron a la Madre Teresa de Calcuta qué era lo que debía cambiar en la Iglesia, respondió: "Tú y yo". Tambén le alentó a que abran sus corazones a Cristo y les dejen que entre en sus vidas, "que germine y que crezca". "Estoy seguro de que la simiente cae en buena tierra, que ustedes no quieren ser cristianos a tiempo parcial, de fachada, sino auténticos. Estoy seguro de que no quieren vivir en la ilusión de una libertad que se deja arrastrar por la moda y las conveniencias del momento", señaló, en medio de aplausos y ondear de banderas. Francisco subrayó que Jesús sigue necesitando de los jóvenes para su Iglesia, "nos pide que seamos sus discípulos, que 'juguemos en su equipo'". En ese punto echó mano del fútbol: "Creo que a la mayoría de ustedes les gusta el deporte y aquí, en Brasil, como en otros países, el fútbol es una pasión nacional. Pues bien, ¿qué hace un jugador cuando se le llama para formar parte de un equipo? Debe entrenarse y entrenarse mucho", manifestó. Francisco recordó la frase de san Pablo: los atletas se privan de todo, y lo hacen para obtener una corona que se marchita; nosotros, en cambio, por una corona incorruptible". "¡Jesús nos ofrece algo más grande que la Copa del Mundo! Nos ofrece la posibilidad de una vida fecunda y feliz, y también un futuro con él que no tendrá fin, la vida eterna", aseguró, en medio de los aplausos. El pontífice añadió: "pero nos pide que entrenemos para 'estar en forma', para afrontar sin miedo todas las situaciones de la vida, dando testimonio de nuestra fe". El papa pidió a los jóvenes que sean "auténticos 'atletas de Cristo'". La Vigilia es el momento más sugestivos de las JMJ. El pontífice llegó a Copacabana en el papamóvil, en el que recorrió todo el paseo marítimo, de cuatro kilómetros de largo, acompañado por decenas de miles jóvenes, que corrían junto al vehículo, hasta el palco. Esta vigilia y la misa final de la JMJ del domingo iba a celebrarse en Guaratiba, a las afueras de la ciudad, pero las lluvias caídas en los últimos días convirtieron el lugar en un lodazal y se decidió cambiarlo por Copacabana. El acto se desarrolló en varios momentos. Comenzó con una escenografía en la que participaron decenas de jóvenes que construyeron una iglesia, después subieron al palco jóvenes pertenecientes a congregaciones, entre ellos franciscanos, con cestas de flores y de maíz, que adornaron el presbiterio para la posterior adoración eucarística. Después varios jóvenes brasileños contaron sus experiencias de vida, marcada en algunos casos por las drogas, la mala vida y un aborto y después habló el papa. Tras las palabras del papa, los jóvenes desmontaron la iglesia y se llevaron los trozos en varias direcciones, ilustrando así el lema de la JMJ "Id y haced discípulos a todos los pueblos. El papa se puso después los paramentos sagrados, mientras inició la procesión del Santísimo Sacramento llevado por diáconos y después se celebró la adoración eucarística, en medio de un silencio que se prolongó varios minutos. La vigilia concluyó con el canto del Salve Regina, ante una imagen de la Virgen de Aparecida. Este domingo el papa celebrará en el mismo lugar la misa con la que concluirá la JMJ y anunciará la ciudad que acogerá el próximo encuentro mundial de los jóvenes católicos.
El Papa Francisco preside la vigilia que se realizará durante toda la noche en una playa de Copacabana. La celebración religiosa, en la que se calcula hay dos millones de personas, termina mañana con una misa prevista para las 10. El Sumo Pontífice llegó al escenario donde se realiza la ceremonia después de recorrer en el "papamóvil" la avenida Atlántica, a lo largo de la playa de Copacabana. Francisco aterrizó en el Fuerte de Copacabana y comenzó el recorrido de 30 cuadras que lo separaban del enorme escenario montado sobre la playa, desde donde encabezará la vigilia y dará un mensaje a los jóvenes, que pernoctarán sobre la arena, a la espera de la misa de cierre del encuentro, prevista para mañana a las 10. En el recorrido, el Papa se salió del protocolo al bajarse del papamóvil para bendecir a un niño con discapacidad. Recibió de sus fieles objetos, en sus mayoría camisetas de fútbol. Miles de jóvenes peregrinaron hoy por las calles de Rio hacia Copacabana para vivir esta noche la tradicional vigilia de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), la primera en la historia de este evento católico que se realizará en una playa. Salieron de la estación central del Metro y llegaron a la playa de Copacabana tras recorrer 9,5 kilómetros, en medio de un operativo de seguridad que debió improvisarse a raíz del cambio de escenario. Las autoridades cariocas y el Comité Organizador de la JMJ decidieron que ni la vigilia ni la misa podía realizarse en Campus Fidei, un predio abierto en las afueras de Rio que quedó anegado tras las inclemencias del tiempo en esta región de Brasil. El Papa abrirá esta noche ante una multitud la vigilia con un mensaje, mientras los jóvenes se quedarán en la playa hasta mañana en medio de un show musical, a la espera de uno de los momentos culminantes: "La misa de envío". Francisco presidirá mañana en Copacabana esa celebración eucarística de cierre, en la que realizará el envío misionero a los jóvenes. Un momento que se espera será "desbordante", con más de 2.000.000 de jóvenes en la playa. Desde el escenario armado para la ocasión, el Papa anunciará el lugar donde se realizarán las próxima JMJ. Un secreto que se intentan guardar bajo cuatro llaves, aunque para 2015 habrá que empezar a ahorra desde ahora si la intención es ser nuevamente peregrino en un país asiático.

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